Un
organismo saturado de toxinas es el mejor caldo de cultivo para el desarrollo
de las enfermedades. Estas se producen por una multiplicidad de factores, tales
como la exposición directa a las mismas, una mala alimentación, medicaciones
prolongadas o estrés.
Para
limpiar nuestro cuerpo de estas sustancias en un corto periodo, el sistema de
la doctora británica Mary Staggs, ofrece una segura alternativa a través de una
electrolisis controlada a 20 watts. Para ello, el paciente debe sumergir sus
pies –el área del cuerpo con mayor cantidad de poros- durante media hora en una solución salina en la cual se aplica
un electrodo especial que atrae hacia si las toxinas del cuerpo durante el intercambio
iónico.
Siendo nuestro
cuerpo un 75% de agua y que ésta con la electrólisis descompone algunas de sus
moléculas en sus componentes atómicos - oxígeno e hidrógeno- es que durante la
aplicación de esta terapia mejora la oxigenación, activándose la microcirculación y nutrición celular. Al
tiempo que los tejidos reciben nutrientes entregan las toxinas acumuladas en
el intercambio metabólico, creando de esta forma las condiciones para la
autocuración.
Una microcirculación
deficiente y por tanto una mala nutrición celular, suele ser la condición
básica de una gran variedad de enfermedades crónicas que presentan como
principal característica un exceso de toxinas acumuladas que quién las padece no
ha podido eliminar. Artritis, reumatismo, fibromialgia, problemas
circulatorios, diferentes tipos de anemia, estreñimiento, calambres, problemas
inmunológicos, fatiga crónica, esclerosis múltiple, problemas hepáticos,
enfermedades cutáneas, trastornos urinarios, dolores de cabeza, dolores en
general, problemas digestivos, depresión y trastornos nerviosos etc., mejoran
notablemente luego de este tratamiento.
Durante la
aplicación del tratamiento el color del agua va cambiando de acuerdo a las
variaciones del pH debido a la electrolisis y la liberación de óxido ferroso a
través del electrodo. Además, se genera un campo magnético provoca la
precipitación de sustancias con capacidad iónica que se encontraban disueltas
en el agua o en la piel de la persona.
La duración
de cada sesión es de media hora en el caso de los adultos, ya que en ese
tiempo, la sangre ha dado un circuito completo en nuestro cuerpo. En los niños
en tanto, con 15 o 20 minutos es suficiente.
Se
recomienda unas 10 sesiones –dos o tres por semana- en los casos de
enfermedades crónicas o frecuentes exposiciones a medios tóxicos, para luego
hacer un mantenimiento de 1 vez al mes. En casos leves o moderados, con unas 3
ó 5 aplicaciones ya se pueden apreciar las mejorías que brinda esta terapia a
través de una desintoxicación efectiva.
Esta
terapia está disponible en el Centro de Terapias Complementarias AmaneSer, de
la Escuela internacional de Medicina y Cultura Oriental ubicada en Av. Los
Leones 877, Providencia.