El Feng Shui Chino clásico tiene
dos corrientes principales más allá del las diferentes escuelas que existen y
ambas tienen brújula y consideran las formas. La escuela San He se desarrolla en el norte de China y dado su relieve las
formas adquieren un rol fundamental. Se estudian las montañas y cursos de agua,
pero siempre en relación a la brújula.
La escuela San Yuan surge al sur de China y ocupa los hexagramas del I Ching en relación a los 60 binomios que forman el calendario
chino. Es la llamada escuela matemática. Ambas escuelas son totalmente
complementarias y los maestros enseñan las técnicas desarrolladas por ambas.
De hecho existe una brújula que
funde ambas y que resulta de gran utilidad al practicante de Feng Shui puesto
que se tiene toda la información, ya que los anillos de las brújulas chinas son
tablas matemáticas dispuestas de manera circular y no en filas y columnas como
acostumbramos en occidente.
¿Qué pasa en occidente y en el hemisferio sur?
Las escuelas que sólo toman la
forma, y adaptan el Feng Shui a occidente o al hemisferio sur, surgen a fines
del siglo XX y nos sugieren sencillas fórmulas que ocupan el Qi humano. Sin
embargo su efectividad es bastante limitada comparada al Feng Shui clásico que
complementa y armoniza 3 tipos Qi.
No es cierto que para occidente
tenga que adaptarse o que para el hemisferio sur sea distinto. Afirmar eso es
no entender el Tao, la filosofía en que se fundamenta esta práctica.
Si bien se toman en cuenta las
diferencias de los puntos cardinales asociados a las estaciones de invierno y
verano y por ello las casas deben adecuar sus espacios tomando en cuenta el
sol, no cambia la situación energética que se fundamenta en el magnetismo
terrestre.
La brújula apunta al norte en ambos
hemisferios –y al sur en caso de tratarse de una brújula china- y el sol sale
por oriente y se pone en el oeste en todo el mundo. De cambiar el sistema por
este parámetro, este se haría incoherente.
Pretender cambiar los hemisferios y
con ello dar vuelta todo el sistema es no entender el Tao, la filosofía en que
se fundamenta esta práctica, simplemente porque la tierra no es el centro del
universo, ni éste es estático, es simplemente un Taiji, inserto en otros.
Los 3 Principios, los 3 Qi, la trinidad china
Los aspectos
principales de la cosmovisión china basada en el Tao y por tanto del Feng
Shui se conciben en los siguientes términos:
El Cielo –Tian- es un
concepto que abarca dioses, espíritus, estrellas, tanto en su sentido
astrológico como mitológico. El tiempo, incluyendo el ciclo de las estaciones y
sus influencias y todas las
manifestaciones de los poderes y las fuerzas visibles e invisibles del cosmos.
Con el Cielo también están asociadas las diversas técnicas de adivinación,
numerología y otras formas de pronóstico.
La Tierra –Di- y la
Materia son términos usados para describir todos los objetos y condiciones
terrenales, tanto visibles como invisibles. Los entornos geográficos; la
orientación, posición y ubicación. las 5 fases o elementos, los poderes y las
fuerzas de la naturaleza, el orden natural del equilibrio y el contraste, las
influencias invisibles e interrelacionadas de las montañas, los ríos, los
árboles, las rocas, los animales, la gente, las casas.
El Hombre –Ren- significa
la mente y el espíritu humanos que deben unirse con el Cielo, la Tierra y la
Materia para que se realicen la armonía y el equilibrio. Eso se puede conseguir
mediante el establecimiento correcto de una alianza positiva entre todas las
fuerzas de la naturaleza, permitiéndoles fluir suavemente y alimentar la vida.
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