“Dadme una fiebre y curaré cualquier enfermedad”,
Así se refería Hipócrates, padre de la medicina occidental a la hipertermia. Parte
de sus tratamientos eran el termalismo y las piedras calientes, con la
finalidad de aumentar la temperatura del cuerpo y así activar los procesos
regenerativos del mismo.
Sabemos que si elevamos la temperatura corporal
por sobre los 43°C se rompen las membranas citoplasmáticas provocando la muerte celular
debido al calor asociado, que de acuerdo a las leyes de la termodinámica acelera
las moléculas que la componen tendiendo hacia el desorden de la materia –entropía-.
Este ha sido hasta ahora el límite de la
temperatura en el cuerpo humano, ya que siempre ha estado asociada al calor y
sus efectos físicos entrópicos. Sin embargo, la tecnología evoluciona y hoy
contamos con el equipo de hipertermia INDIBA, que es capaz de subir la
temperatura sin generar calor.
Este es el secreto de los deportistas de elite,
que se lesionan, operan y a las 3 semanas están nuevamente compitiendo. Pero
sus aplicaciones son muchas más, no sólo se tratan tejidos musculares y oseos,
sino que también trabaja directamente órganos. En Japón, donde este equipo es
ampliamente usado, regeneran y
desintoxican órganos afectados que la medicina alopática no ha podido mejorar,
tales como el hígado y los riñones.
INDIBA es un equipo de radiofrecuencias
profundas –a diferencia de los equipos cosméticos que son superficiales- que funciona
en base a corrientes capacitivas y resistivas.
En Santiago, esta terapia está disponible en el
Centro de Terapias Complementarias AmaneSer de la Escuela Internacional de
Medicina y Cultura Oriental EIMCO , ubicado en Los Leones 877. Fono 2415 1010 –
2494 0722
Consulte por diversas aplicaciones.
Mucha suerte en este emprendimiento, felicidades en el año que se inicia.
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